Un alarido a la humanidad

Deberíamos empezar a ser concientes de nuestros actos, y ponerles una cuota de amor, y por consiguiente, respeto, consecutivamente un tanto de humildad para patear nuestro egocéntrico escepticismo.
Deberíamos llorar por cada especie DESAPARECIDA, devorada, aniquilada, torturada, exiliada, envenenada o cruelmente transformada en un accesorio de nuestro hostil y glamouroso consumismo.
Deberíamos gritar admitiendo que no tenemos la más puta idea de lo que estamos haciendo, reconocer nuestra enfermedad y carencia espiritual, nuestros defectos que asesinan día a día y poco a poco éste perfecto planeta.
  Deberíamos sentir todo el dolor que provocamos a nuestros hermanos, padres, hijos, y todo aquél que integra la humanidad, cada vez que nos des-humanizamos, robando almas con balas y armas, desgarrando sueños con guerras y odio, pisando ideales con dinero y codicia, escondiendo héroes con medios y poder.
Deberíamos padecer la tristeza que suplica en llanto, con cada oceánica lágrima, que atravieza la mejilla en millones de niños, que eventualmente despertarán en la escencia de la soledad, en la oscuridad del terror, sin seres que los entiendan, sin seres que los ayuden a alimentar sus cuerpos, a enriquecer sus mentes ni pulir sus espíritus.


Deberíamos sangrar cada gota, en lugar de transpirar, intentado salvar nuestro devastado hogar, mientras soñamos e intentamos construir algo mejor, sobre lo que estúpidamente destruimos. Deberíamos parar de ver hacia adelante y atrás, ni siquiera a los costados, tampoco arriba, tampoco abajo, hacia el futuro o el pasado, miremos hacia adentro, observemos nuestro interior mientras recorremos el presente, aprendamos a sentir el tiempo en cada paso y en cada aprendizaje.


Deberíamos olvidar todo aquello que vimos, vivimos, sentimos, aprendimos y aceptamos. Renacer es imposible y es justamente lo que necesitamos.


Debería dejar de utilizar el "debería" para invitarlos a empezar actuar, despertar y crear. Bienvenidos a la realidad.
 

We should start to be conscious of our acts, embed in them a little love, and therefore, respect, consecutively a bunch of humility to kick our egocentric skepticism. We should cry for every VANISHED species, devoured, anihilated, tortured, exhiled, poisoned or cruelly transformed in an accessory of our hostile and glamorous consumism. We should cry admitting that we don't have the faintest idea about what we are doing, recognize our illness and spiritual lack, our defects that murder day after day, and little by little this perfect planet. We should feel all the pain that we cause to our siblings, parents, sons, and anyone who is part of humanity, each time we de-humanize, stealing souls with bullets and guns, tearing apart dreams with war and hatred, stepping on ideals with money and greed, hiding herous with media and power. We should suffer the sadness that begs crying, in each oceanic tear, that runs through the cheeks of millions of kids, that eventually will wake up in the escence of lonelyness, in the darkness of terror, without any being that understands them, without any being that helps them feed their bodies, enrich their minds or polish their spirits. We should bleed every drop, instead of perspiring, trying to save our devastated home, as we dream and try to build something better, on top of what we stupidly destroyed. We should stop looking forward and backwards, not even sideways, nor upward, nor downward, to the future or to the past. Lets look inside, observe our interior while we walk through the present, lets learn to feel time in each step and each lesson learnt. We should forget all we have seen, lived, felt, learnt and accepted. Being reborn is impossible, and it is exactly what we need. I should stop using "we should" to invite you to start acting, waking up and creating. Welcome to reality.