enero 28, 2008

Ad Nihilo

Furiosamente el mundo atraviesa mis sentidos, el tiempo explota y esparce sus diminutos sentimientos, mi mente se regocija en sus cuatro paredes y comprende momentos, momentos que nunca fueron comprendidos, las imágenes se someten a conclusiones absurdas, o quizás no tan absurdas pero sin duda innovadoras y revoltosas formas de pensar. Las posibilidades son infinitas, los mundos son propios e intangibles, utopías personales. El piso se sostiene de mágicos intentos, luchas de él, aquél y ella, venciendo día a día a la tijera que quiere cortar el hilo que une los extremos del mundo, éste lleno de nefastos y siniestros.

Y los ocasos se van, y los amaneceres que aún nacen, crepúsculos de vida y muerte, historias civilizadamente primitivas vuelven a nuestro ser, y el progreso empieza, lentamente, a asfixiarse. Una antigua grieta en la pared empieza a dilatarse, y embriagada de poder destruye aquella pared con la que alguna vez chocamos. Los ladrillos caen y se abre el camino, alguna vez vivido y alguna vez olvidado.

3 comentarios:

Natu dijo...

Me encanto!

Alec Chattah dijo...

Me alegra saber que haya gente que le guste lo que escribo. Muchas gracias por haberme leído.

Con cariño, Ale.

Rafa dijo...

hermoso textoooooooooooo!!
qué buen viaje en bondi ese ehhh