abril 18, 2008

You´ve got mail

Bella Flor: Abriendo siempre mis mails con una delicada y romántica dedicatoria, que claramente nunca pensé en dejar de hacerlo. El día de ayer fue un tanto extraño, tuvo un comienzo deprimente y un final plenamente feliz, te cuento: Todo se remonta en la mañana, cuando en el despertar con un movimiento lento y trabado levanto la persiana que escondía detrás un mundo gris, resulta que la ciudad de Buenos Aires está escabullida dentro de una inmensa nube de humo, quemaron unas cuántas hectáreas de pastizales y el viento trajo éste veneno. Fue ahí cuando me volví observador y vi a las personas con desprecio, tristeza y soledad. No podía creer la torpeza humana y mucho menos ver su ignorancia, no podía soportar el dolor de ver en los ojos la tristeza de vivir en un mundo de vejaciones, un mundo de obligaciones y sometimiento, sentir la soledad que abunda por las calles entre las barreras del decir lo que dicen ser y lo que son dentro de este bowl cltural, y cuánta soledad hay para quienes si pueden ver, para aquellos que observan, como lo hago yo. Es indescriptible éste dolor que sentí ayer, ésta dolencia para la cual no hay pastilla ni antibiótico, pero sí hay cura. Un amigo, uno de verdad, me dijo que un tal Buda dijo que todos los seres son maravillosos y que hay que aprender a quererlos como son, en su simplicidad de ser. Éste fue mi remedio, mi píldora, mi cura. Tras este alivio del dolor, el optimismo con su voluntad impuso en mí felicidad, y al pesimismo de la inteligencia ahogó en la profundidad de la ignorancia que trata el no comprender. Ya entrada la noche fui con un amigo y unas amigas a un teatro de la avenida Corrientes, fuimos a ver una obra que mucho no se alejaba de una película porno, no fue de mi agrado, pero no puedo quejarme del día de ayer, pues se despidió con un bonito regalo, mi amigo en la conyuntura del andar nos llevó a una casa muy acogedora y cálida, en su interior había aires de bohemio y bohemios artistas que recitaban poesía, cuánta genuidad!, cuánto amor desbordaba por las ventanas, puertas y cual abertura había en ese lugar. Y así es como volví a la felicidad, comprendiendo al ser y con poesía en el alma. Te escribe nuevamente, quien te quiere, quien te extraña... desde el otro lado del charco que se hace llamar océano, y quien se despide con saludos otoñales pero con besos de primavera.

1 comentario:

Anónimo dijo...

ha sido realmente un placer leer cada uno de tus mails desde mi maravilloso "exilio". Pero ha sido aun mas placentero releerlo hoy, casi tres meses despues, recordando con nostalgia momentos de felicidad, y con comicidad momentos tristes y pateticos como esa gran humareda (que por suerte nunca vi!)

Te quiero mcuho!!
Flor

pd: no se muy bien como funciona esto.. capaz que ni da este comentario, pero bueno.. la vida es asi, se sienten ganas de escribir y comentar.. y se hace. :)